viernes, 12 de octubre de 2007

El grito de Wilhelm

Hay que reconocerlo, es más conocido el de Munch, que por cierto dijo del cuadro esto en su diario...
"estaba caminando con dos amigos. Entonces se puso el sol. De momento todo el cielo era rojo sangre, y me sobrecogió una gran melancolía. Me quedé quieto y me recosté al borde del camino, me sentía muy cansado, nubes como sangre y lenguas de fuego caían sobre la ciudad y sobre los fiordos azules y negros. Mis amigos continuaron caminando y yo me quedé solo, temblando de ansiedad. Sentí como si un gran grito interminable atravesara la naturaleza".

Pero uno que se oye más hoy en día es el de Wilhelm. Es un grito que se usó en la peli de La Carga de los Jinetes Indios, cuando el soldado Wilhelm recibía un flechazo que le atravesaba el muslo (ver vídeo) y luego Ben Burtt lo usó en Star Wars, Indiana Jones, Willow, y más tarde otros directores también incluyeron el grito en un porrón de pelis más (toma lista). Como muestra ahí van otras cuantas


Vía PixelyDixel, yonkis, y más

jueves, 11 de octubre de 2007

Vaya con Pitágoras

Esto que os pongo es una demostración visual del teorema de pitágoras.
Bueno, dos. Las vi en Microsiervos y me parecieron curiosas.
Esta otra es en movimiento y también es chula


Vía microsiervos

Y feliz puente!!

miércoles, 10 de octubre de 2007

Monos y plátanos


Bueno, examen de grado hecho, un 7, y pa casa con la sonrisa bien alta.
Ahora a inventarme el currículum para buscar trabajillo. Ya os iré contando...

Y ahora os traigo una fábula que me contaron hace tiempo. A ver si os gusta:

Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos.

Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo.

Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a palos.

Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.

Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo.

Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera. Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos.

Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar.

El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo.

Un tercero fue cambiado, y se repitió el suceso.

El cuarto, y finalmente el quinto de los monos originales fueron sustituidos también por otros nuevos.

Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos.

Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: «No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así».
Vía microsiervos